La nueva entidad, resultado de fusionar las dos principales cajas de ahorros gallegas, dispondrá un fondo donde arrastrar los elementos tóxicos que lastran la viabilidad del nuevo banco. El montante de la deuda incluye préstamos a promotores inmobiliarios por valor de 11.150 millones, de los que 3.000 están en suelo y 1.900 carecen de garantías hipotecarias.
"Creamos esa unidad para gestionar activos que ahora estaban dispersos", explicó el presidente de Novagalicia, José María Castellano, que debe hacer frente a una situación que compromete el 40% de los activos del banco en actividades relacionadas con el ladrillo.
César Cervera Moreno
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