Cada vez más, se muestra en los medios de comunicación, cómo gente que estaba en paro monta su propio negocio para acabar con esa situación de desempleo. Y es en situaciones difíciles cuando la creatividad se pone en marcha y surgen nuevos proyectos. Éstos nacen de hobbys y pasiones de los propios emprendedores. Parten de una idea sencilla en la que no hay que invertir un gran capital: el trabajo personal es su valor añadido. La mínima inversión es la que lanza a muchos españoles a ser su propio jefe.
Beatriz Díaz González
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